domingo, 26 de septiembre de 2010

Marcelo, recién llegado a Bahía Blanca, va al al cine y a la playa (1955)

Maldonado, 1940
Foto: Archivo Ferrowhite

Marcello Nicolussi nacido en Pergine en 1939 llega a Bahía Blanca junto a sus padres y sus hermanos en enero de 1955. Tiene 16 años, quiere ir al cine, a la playa, y esto es lo que le pasa:

Yo pensaba que América era todo.. como si fuera Nueva York, cuando bajé acá, viste, y vi toda esa suciedad en las calles, me dio una imagen muy fea, y entonces, yo me voy, me voy a italia. Y después, cuando vine a Bahía, en aquel entonces Bahía no era como ahora, todo de madera, tierra, un viento, te llenabas de polvllo, te imaginas, yo en la montaña, todo verde, que no hay practicamente nunca viento, en verano hace un calor relativo, aca en Bahía, en enero, un calor de día, de noche..
La gente aca era bastante..., me acuerdo que yo iba por la calle O'Higgins, todos los tipos parados en la vereda, todos vestidos de negro, camisa blanca, corbata, pañuelo, zapatos negros, medias blancas y nosotros en mocasines, camisas medio llamativas, floreadas, vestidos de otra manera. Yo me acuerdo la primera vez que fui al cine en el centro, al poco tiempo de estar aca, en enero del 55, en pleno verano, te imaginás, ¡un calor! fui para entrar al cine y dice uno:
- ¿a dónde va?
- al cine, voy.
- No, así no podés entrar.
- ¿Por qué?
- tenés que ponerte saco y corbata.

Y la primera vez que fui a la playa acá, al balneario Colón, había traido una malla, yo, de Italia, se ve que era chiquita, entonces voy para bañarme, estaba el milico ahí, y me dice que la malla esa no se podía, no estaba permitida.

De cómo andabas vestido la gente ya sabía: este es argentino, este no.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Franca Bonvecchio


Esta señora es Franca Bonvecchio, nacida en Trento en 1926. A los dos años llegó a la Argentina con su mamá, ERMINIA CONCI para reencontrarse con su padre Enrique Bonvecchio, quien estaba acá trabajando en la construcción de puentes y caminos desde hacía un año. Vivieron en Buenos Aires y luego se mudaron a Mendoza, donde nació su hermana Mirta, y ella empezó la escuela. En 1933 tal vez porque los efectos de la crisis hacía prever un futuro no tan bueno como el esperado, Franca su mamá y su hermana volvieron a Trento, con la idea de quedarse defininitivamente.



Erminia Conci, las pequeñas Franca y Mirta, con sus familiares en Trento, 1934

Sin embargo, en 1935, ante la inminencia de la guerra de Abisinia el papá las volvió a llamar, y ellas volvieron a Mendoza.
A los veinte años, cuando Franca se casó con Horacio Iturrios vino a vivir a Bahía Blanca. Acá tuvo dos hijas, Franca y Flavia y las dos se han dedicado toda su vida a la danza clásica.

Franca participó activamente en el Círculo Trentino desde su fundación. Lamentablemente, falleció hace dos años. La extrañamos mucho.


domingo, 12 de septiembre de 2010

Julio Grosselli


Foto: Sandra Rosetti - marzo de 2002


Todos lo hemos llamado siempre Julio, porque todos, al llegar acá tuvieron que hacerse llamar por sus nombres en castellano.*
Giulio Grosselli nació en Lasino en 1925, y a los 23 años, después de haber estado prisionero de los alemanes dos años durante la guerra, vino a Bahía Blanca, a casa de su madrina  Giuseppina Gianordoli. Fue a la escuela fábrica, hizo pozos ciegos con Bruno Dal Ponte, changas de electricidad, y otros trabajos con su hermano Mario, hasta que consiguió trabajo en Deba (Dirección de Electricidad de la Provincia de Buenos Aires)
Se jubiló en 1984 después de una exitosa carrera en esa empresa.
Según nos contó, mucho antes de que él naciera, su padre había estado trabajando un tiempo en la Argentina con otros parientes y por eso, dice Julio, tiene familiares en Sampacho, Córdoba.
Fue en su casa que se hizo la reunión constitutiva del Círculo Trentino y él fue también y durante varios años, el primer presidente de la comisión.
Siempre está dispuesto a responder a nuestras dudas trentinas, y se divierte a veces recitando el famoso trabalenguas:

Trenta tre trentini, entrarono a Trento tutti e trentatre troterellando
 

* Es un dilema ahora, ¿cómo contamos estas historias?, ¿con los nombres en italiano, como figuran en sus documentos? ¿o con los nombres en castellano, como todos los conocemos acá?

lunes, 6 de septiembre de 2010

Un alambique en Villa Harding Green


El "tanque elevado" en Villa Harding Green, construido en 1912
como parte de las obras de infraestructura de la villa construida para
los obreros del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico.
(Foto: Héctor Guerreiro)

Parece que Bortolo Serafini, nacido en Villa Banale en 1872, alquilaba una chacra en Villa Harding Green, en las afueras de Bahía. Tenía un criadero de chanchos ahí, así que todos los días con su jardinera, sus caballos y su sobrino Palmo se iban a Espora a juntar residuos, sobras de comida, en tachos de doscientos litros y los desparramaban después en los chiqueros.

Parece que Bortolo Serafini y su sobrino tenían mucho trato con Cornelio Ferrari y su familia, así que cuando se reunían hablaban en dialecto, y se reunían y cantaban y Palmo, el sobrino, tenía una voz de baritono, increíble, y en esas noches tranquilas de verano de Bahía Blanca se ponian ahí, el hacia la parte del solista y todos los demas lo acompañaban con el coro, Quel mazzolin di fiori, La violetta, tantas de esas canciones.

Y parece también que en uno de sus galponcitos, Bortolo tenía un magnífico alambique con el que fabricaba la grappa que luego regalaba a sus paesani. Hasta que un buen día le cayeron de la oficina de Impuestos Internos.

Nueve meses estuvo preso, Bortolo, y eso fue en los años 40 asi que ya tendría por lo menos sesenta años, el hombre.

(esta historia me la contó Duilio, el ahijado de Serafini)

domingo, 5 de septiembre de 2010

Albina Baroldi


De sus 6 hermanos, Albina fue la única que vino a Bahía Blanca, en 1928, casada con Cornelio Ferrari.
Carlo, su hermano mayor, en cambio, en 1899 se fue a Estados Unidos y estuvo trabajando un tiempo en las minas de carbón. De ahí se fue a California y como le empezó a ir bien, un año después mandó dinero para que fuera allá la hermana mayor, Teresa. Ella desembarcó en Nueva York y tardó un mes para llegar a California: eso fue en 1901. Después ese hermano mayor empezó a llamar a los otos hermanos para que fueran también ellos a los Estados Unidos. Murieron todos muy longevos con edades cercanas a los cien años. 

Albina, aunque vivió siempre en Bahía Blanca con su familia, tuvo la posibilidad de volver a verlos ya que viajó a Estados Unidos dos veces, y su hermana Teresa estuvo también acá de visita, en Bahía Blanca.

Solo una hermana de Albina quedó en Lomaso: la madre de Bruno y Carlo Dal Ponte. Esos sobrinos  se radicaron en Bahía Bruno en 1947 y Carlo, en 1957.

Albina y Cornelio tuvieron tres hijos: Angelo, Duilio y Livio.
Ella falleció en 1975, a los 77 años.

Donne e buoi...

Camillo Ferrari, tres años después de haber llegado, llamó a su novia Emma Battaia, también de Poia, con quien se casó, acá en Bahía Blanca en 1928


Cornelio vino ya casado con Albina Baroldi, de Poia también ella, y su hijo, Angelo Ferrari, en 1928

y el hermano mayor, Agostino, llegó también casado con Giuseppina Gianordoli, de Lasino.


Donne e buoi, dei paesi tuoi, decía el refrán que estos hermanos hicieron propio: mujeres y bueyes, de tu propio pueblo.

Mujeres y bueyes. 
Igual, acá bueyes no necesitaban.

Y ellas?, siempre habia que seguir al marido, a donde fuera.

Palmo Serafini


viernes, 3 de septiembre de 2010

Nicolussis


¿Y quién fue el contacto que tuvieron ustedes para venir a Bahía Blanca?, le pregunté una vez a Marcelo Nicolussi, ¿tenían algún pariente?

No, Rino mi hermano más grande, que nació en el 19, antes que empezara la guerra, en el 40,  pasó por acá en un buque, como cadete de marina, que atracó unos pocos días en la Base Naval de Puerto Belgrano.

Algunos italianos que estaban acá se enteraron y fueron a la Base, a ver de qué lugar eran los marineros; y había uno acá en Bahia que se llamaba Laner, que era constructor; y preguntó si había algun chico de la zona de Trento; mi hermano dijo "yo soy de Pergine"; "yo soy de Caldonazzo", dijo Laner.

Conversaron un rato y entonces le dijo a mi hermano: "si algun dia la cosa en Italia se pone fea, y quieren venirse a Bahia, yo te hago llamar". Ese fue el contacto que tuvo mi hermano acá.


Rino vino, efectivamente, siete años más tarde, con su esposa y su hijo pequeño Franco. Y en 1953, vinieron todos: los padres, Romedio Nicolussi y Concetta Sain, y sus hijos Ivo, Marcello y Carmen. La mujer de Ivo, Assunta Fruet, los alcanzó un año más tarde.

Cuando llegaron a Bahía,  Romedio tenía ya 67 años; Concetta, 55. Y sus hijos menores, Marcello 17 y Carmen 14.

Una vez Carmen dijo: "Yo no vine; a mí me trajeron".

Notas:
De ese constructor las únicas noticias que encontré hasta ahora son estas:
E Laner, Fitz Roy 508  en la Guia FCS,  del año 1936.
Una casa en la calle Patricios 425 lleva escrito ese nombre.

Ya hablaremos de cada uno de ellos.