miércoles, 25 de junio de 2014

Fortunato Zamboni


Fortunato (Covelo, 5-1-1912) llegó a la Argentina en 1928 con solo 16 años:

Abuelo Nato era de Covello de la Provincia de Trento. Era Italiano. Y se vino joven por la guerra;  jamás sabré por qué nunca quería hablar en italiano en casa ni por qué no hablaba tanto de Italia. La unica vez que se lo escuchaba hablar en italiano era cuando venían los hermanos. 

jueves, 19 de junio de 2014

19 de junio de 2014

Una vuelta al mundo de 1710 días, en casi una semana en cama.

Inmovilizada desde el lunes a causa de un esguince de tobillo, cada día me concentro en un aspecto diferente de la historia de mi abuelo trentino prisionero en Rusia:

El domingo (antes de la desafortunada caída) había estado estudiando con toda atención las hojas matriculares de Camilo durante los meses que fue soldado del ejército austríaco: en Innsbruk, en Linz (el 4 de junio de 1915) y en Beneschau (o Benesov) cerca de Praga, el 27 de julio de 1915), antes de ser enviado al frente de batalla, cerca de Leopoli (Lemberg), en Galizia (region que actualmente se encuentra entre Rusia y Ucrania).

(El mapa en realidad señalaba otro itinerario: yo modifiqué algunas partes, con absurdas líneas rectas para adecuarlo al recorrido de Camilo. )

El martes me dediqué al camino de regreso (después de haber deserado, de haber sido tomado prisionero, de haber pasado casi dos años en una mina cerca del Mar Negro, después de haber aceptado el ofrecimiento de la Misión Militar Italiana de tomar la ciudadania italiana e ir a Kirsenov julio de 1917, y despues hacer completo el recorrido con el tren Transiberiano hasta el Pacífico a la ciudad de Vladivostok, enero 1918) : desde Vladivostok a Tientsin, Mukden Harbin, Mukden, Pusan, Honolulu, San Francisco, Nueva York, Camp Dix, Génova, Chiavari y finalmente Poia, fines de 1918 (y comparar este camino en particular con los otros que tuvieron que tomar los demas miles de prisioneros trentinos antes de poder volver a Italia):

 Ayer miércoles me ocupé del período de prigionia: el camino que hizo (probablemente a pie) desde el punto en el frente en el que desertó (después de haber partido de Leopoli-Lemberg) hasta llegar a Kiev, (¿habrá estado en el  campo de Darnista?), y de ahí junto a una gran cantidad de prisioneros del ejercito austriaco, el viaje hacia el distrito de Ekaterinoslav, a la mina de carbón donde estuvo durante 21 meses; de las condiciones de vida de los prisioneros ahí; de la acción de la Misión Militar Italiana, de cómo hacen saber a estos prisioneros, a principios de 1917, que pueden optar por la ciudadanía italiana para dejar de ser prisioneros, (ya que Italia era aliada de Rusia!), y para poder volver a casa; de la presencia de Bassignano y Basic; y del viaje en tren y de la la llegada a Kirsenov, en julio de 1917.

Hoy jueves, me ocupo de buscar respuesta a una duda: Camilo ¿habrá esperado en Kirsenov (el campo de concentración de "italianos") durante esos cinco meses, hasta que todos los ex-prisioneros partieron hacia Vladivostok en el Transiberiano? He aquí por qué me pregunto esto: en su libreta hay solo dos páginas, con dos fechas 17 y 18 de noviembre de 1917,  y el nombre de una localidad, Ausezka (inhallable), donde dice haber comprado la libreta. Ahí se refiere explicitamente a ese momento de espera, y sus palabras son terribles, angustiosas.  Entonces me pregunto si Camilo no habrá formado parte de ese grupo de kirsanovers que en octubre de 1917 partió junto a Basich hacia Wologda con la esperanza de embarcarse en Arcángelo pero que quedó varado y durante dos meses estuvo dando vueltas por ahí,viviendo un poco a la buena de Dios, hasta que iniciaron también ellos, desde Wologda el viaje hacia Vladivostok.

Tendría que mirar los mapas de nuevo y los lugares por los que Camilo cuenta (en esas remotas entrevistas hechas hace 30 años de las que conservo solo notas y una grabación mal hecha)  que pasó. Pero no es una tarea sencilla:  los nombres de las ciudades rusas no solamente se transcriben de varios modos sino que muchos cambiaron después de la creacion de la Unión Soviética. Era demasiado grande el imperio austriaco, es demasiado grande Rusia  y es casi imposible -si uno quiere reunir todos esos nombres en un mapa que entre -digamos- en una hoja normal- tener noción de las distancias (ni siquiera me animo a figurarme los paisajes, el relieve, los climas).
 Fue necesario ir entrando en esta historia, lentamente, así, sin interrupciones para poder llegar a entender algunas cosas; cosas que uno, principio, nombraba con palabras "comunes"  pero que, a medida que va leyendo empiezan a volverse disonantes y te llevan a experimentar un extraño desconcierto: palabras como "frente", "prisionero", "grupo", "compañero", "ciudadanía", "frío", "campo de concentración" etc., en ese contexto particular tienen un signficado bastante diferente y alejado de lo que uno pensaba que estaba expresando con esa palabra.

Ayer encontré una carta de un periodista-historiador Armando Vadagnini, (a quien -se ve- le escribí en referencia a un articulo sobre el tema de los prisioneros trentinos en Rusia), en la que me invita gentilmente a escribir un articulo contando la historia de mi abuelo, fechada en 1989. Veinticinco años necesité para poder empezar a hacerlo.

Llevo treinta años tratando de armar esta historia. A veces me he reprochado a mí misma una cierta negligencia. Pero ahora comprendo que si en aquella época ya me parecía, en conjunto, larga y compleja, ahora que la estoy analizando con bastante detalle, me doy cuenta de que esa complejidad es infinita. Recién ahora pude encontrar en la web datos, mapas, textos de diarios, investigaciones sobre este tema. Recién ahora, con la experiencia de haber entrevistado a mucha gente, puedo manejar aquellas viejas notas y la grabación (que todavía no he podido terminar de escuchar completa). Tengo la impresión de que a medida que la voy conociendo en sus detalles esta historia, se vuelve cada vez más dificil de contar: una historia incontable por la cantidad de cosas que habría que aclarar, la cantidad de contextos que habría que reponer, la cantidad de dilemas que ahora a nosotros nos parecerían impensables.

Y sobre todo, ¿a quién más que a mí podría resultar interesante?

Yo creo que a los diez, once años sentí hablar por primera vez de todo esto, e hice propia la excitación de este relato (que yo en esa época percibí e interpreté como un relato de viaje), que permaneció intacta, y que recuperé de modos bastante oblicuos, a veces, en diferentes lecturas y experiencias: la lectura de La colina de Watership y Miguel Strogoff, la vuelta al mundo en 80 días y quién sabe cuántas otras novelas de Verne (y sus respectivas versiones en pelicula); el estudio minucioso de los viajes de Alejandro Magno y de los viajes de los personajes de Tácito cuando preparé mi tesis de Durham; mis propios viajes. Gracias a mi tobillo hinchado, acá en la cama, la reencontré de nuevo.

martes, 17 de junio de 2014

7 de junio de 2014

Fue necesario todo este largo día, inmovilizada por mi tobillo hinchado, para poder leer de corrido todas esas páginas, releer de nuevo un par de libros que tenia ahí desde hace mucho. Inmovilizada y practicamente sola, algunas cosas tuve que leerlas varias veces para convencerme de ellas.

Mi pie hinchado.

Mi abuelo Camilo contó alguna vez que, estando junto a los otros miles de exprisioneros a.u. en Tientsin a la espera de algun medio para volver a casa a mediados de 1918, iban a embarcarlo en una cañonera italiana para volver a italia por el indico y el canal de Suez, pero que no lo aceptaron por tener su pie hinchado (y mas tarde, segun su versión, ese barco habria sido hundido y todos el pasaje, muerto). Pues bien, cañonera italiana hubo ahí en Tientsin donde estaba Camilo en esos días pero a ella fueron subidos los cien revoltosos que se sublevaron, cansados de esperar, cansados de que los lleven de aquí para allá, despues de cuatro años de guerra y prision en rusia (luego los llevaron a no se que lugar de China y no se que mas pasó). En cambio, gracias a su pie hinchado,  logró formar parte de los 370 hombres que partieron embarcados en el Logan hacia los Estados Unidos (iban ahí viejos e inválidos, según los libros). Y el viaje por el indico.Ese viaje de regreso lo hicieron, pero casi un año despues todos los que quedaron en tierra, algunos, enrolados como "voluntarios" en los Batallones Negros tuvieron que volver a ser soldados ahora en el ejercito italiano, y volver al corazon de la Siberia a pelear contra los bolcheviques), y otros en la Legione Redenta, empleados como guardias y patrullas. De estos no murio ninguno, pero de los que tuvieron que volver a la Siberia varios murieron. Lograron volver a Italia entre 1919 y 1920. El pie hinchado lo salvo, no de morir ahogado en un naufragio que hasta donde se nunca ocurrio, sino de tener que quedarse ahi en Rusia, como soldado, todavía dos años más.

Camilo desertó apenas llegó a la linea de combate: un día llegó al frente, al día siguiente ya estaba del otro lado, como prisionero de guerra. Agustín en cambio, como oficial del ejercito austríaco, permaneció en el frente hasta el final, hasta que el general ruso Brussilov venció definitivamente a los austríacos en el frente de Galizia; recién ahi, derrotado, deserta, y como prisionero se vincula con la mision militar italiana, irredenti. Agustin paso a ser oficial del ejercito italiano.
Vaya a saber qué historias hubo entre ambos hermanos.

Leí un montón de fragmentos de diarios y de cartas, y de libros muy mal escritos.
Ningún mapa alcanza a contener todo este trayecto, y los mapas engañan ya que hacen parecer pequeño aquello que no lo es. NO lo es la distancia entre Innsbruk y Beneschau (Benesov), ni entre Beneschau y Leopoli, ni entre kiev y Vladivostok, ni entre Vladivostok y Tien-Tsin.

No se si alguna vez Camilo me contó por que tenia su pie hinchado. Un tipo de 20 años con el pie hinchado: dice que esa molestia en el pie le duró toda la vida.

domingo, 15 de junio de 2014

Hoy estuve leyendo cuidadosamente las fojas de servicio de mi abuelo Camilo en el 2° regimiento de Kaiserjaeger Tiroles, infantería (1 Tiroler Kaiserjager RGT Landsturm 1915): descifrar primero la letra (ya que TODO es manuscrito), reconocer las palabras, transcribirlas, buscarlas en el traductor. Me entero que en Linz lo alistaron, el 4 de junio de 1915, y que después de ahí, estuvo en Beneschau (que vendría a ser Benesov), que formó parte de un batallón de reemplazo, y que les dieron 6 coronas, todo eso el 27 de julio de 1915.