Fortunata recuerda uno de los cuentos que le contaba su abuelo:
Mientras arreglaba un zapato, ponía la tapa de un... así, entonces yo me ponía al lado y le decía: "haceme un cuento", entonces me hacía un cuento, por ejemplo de un vagabundo que caminaba con la .. el saco arriba de la espalda, la giubba sulle spalle, si sta bene quando ... ben, la delizia del mio cuore. Resulta que era un piojoso, cuando le picaba hacía así, y él decía, la delicia de mi corazón...
Me contaba, mi abuelo, y como ese, tantos...
En las palabras de Fortunata, se podrían rastrear las huellas de un relato: un vagabundo, la giubba sulle spalle. (aunque ella, en rigor, lo pronuncia giuba sule spale), la frase de una canción muy conocida, delizia del mio cuore*; palabras, esas, pronunciadas por la persona inadecuada, y en la situación inadecuada.
Ella, a sus 97 años, se ríe de nuevo, junto al banco de trabajo de su abuelo, como si fuera una nena.
* a quindici anni facevo all'amore
daghela avanti un passo
delizia del mio cuor
a sedici anni mi sono sposata
daghela avanti un passo
delizia del mio cuor
a diciasette mi sono spartita
daghela avanti un passo
delizia del mio cuor
delizia del mio cuor
a diciasette mi sono spartita
daghela avanti un passo
delizia del mio cuor
La canción es La Bella Gigogin (que se puede oir acá) que, a pesar de lo que aparenta la letra, fue una canción emblema en las guerras del Risorgimento contra los austríacos (exégesis que se puede leer acá).
¿Será esta la canción que aflora en el recuerdo de Fortunata? (la frase aparece también en una oración por las almas del Purgatorio, y en otra para rogar por la castidad de los sacerdotes... mmm....)