Doman l’è festa,
se magna la minestra,
si beve dal bocàl,
evviva il carnaval!!!
Mañana es fiesta:
hay sopa,
y vino en el jarrón para tomar.
¡viva el carnaval!
Abramo Battaia (de Poia, Vigo Lomaso) siempre se acordaba de estos versos, cuando llegaban los días de carnaval.
Qué era el bocal, le pregunté una vez:
- Una especie de botellón de dos o tres litros, con la boca bien ancha, y todos toman de ahí, de todo, vino blanco o vino rosado.
- ¿Y no tomaban cerveza?
- Cerveza no, allá, en el invierno, en esa época*, no había cerveza; había que esperar al verano para poder tomar cerveza.
Cerveza tomaban acá, en Bahia Blanca, Abramo Battaia, su hermana Emma y su cuñado Camillo Ferrari con sus hijos, puntualmente, como si fuera una fiesta de guardar, cada martes de carnaval en el inmenso patio arbolado del bar de Rivara en Alsina 141.
La ciudad en esos años, hacia 1950 lucía así, y ese bar quedaba sobre la mano derecha, más allá de la propaganda de Martini:
* Abramo llegó a Bahía Blanca en 1931, a los 16 años.
* Un boccale es un buen porrón, según veo en google