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domingo, 12 de diciembre de 2010
Las tres estrellas
Si los trentinos de Bahía Blanca se juntaron en el Círculo, en 1989 y lo siguieron haciendo durante estos veinte años, atravesando entusiasmo, crisis, problemas, fallecimientos, crecimientos, emprendimientos y fiestas varias, es gracias a estas dos señoras: Marta García, la esposa de Francisco Nardelli (padre) y Sara Dolly Díaz, la viuda del tan lamentado Mario Grosselli.
Sara y Mario hicieron un minucioso trabajo de visitas, llamados telefónicos, invitaciones, contactando gente que no se conocía entre sí, haciendo que algunos se enteren del origen de sus familias, y generando un fuerte vínculo de afecto y simpatía entre todos.
Durante años en la casa de Marta nos reunimos para nuestras clases de italiano, comimos tantas de sus tortas espectaculares, y nos hicimos amigas entrañables (porque digamos la verdad, fuimos nosotras, las mujeres, las que mantuvimos durante mucho tiempo la regularidad de los encuentros y el contacto); y luego cuando el círculo tomó nuevos bríos, fue en su casa que se desarrollaron, muchísimas veces, tantas reuniones fundamentales, y ella recibiéndonos y agasajándonos a todos, con su generosa hospitalidad.
Lo que somos no lo llevamos en la sangre sino en las experiencias y en la historia compartida.
Se gli immigrati trentini si radunarono nel Circolo nel 1989 e continuarono a farlo ancora per questi 25 anni, attraversando entusiasmo, crisi, problemi, decessi, crescite, imprendimenti e festeggiamenti diversi é stato in grande misura grazie a queste due signore: Marta García, moglie di Francisco Nardelli (padre) e Sara Dolly Díaz, vedova del nostro carissimo Mario Grosselli.
Sara e Mario fecero un minuzioso lavoro di visite, telefonate, inviti, contattando tanta gente che non si conosceva, permetendo che molti avessero per la prima volta notizie delle origini della propria famiglia e fondamentalmente, generando un fortissimo legame di affezione e simpatia fra di noi.
Per anni, ci siamo riuniti a casa di Marta per le nostre lezioni di italiano, abbiamo mangiato tante delle sue stupende torte e siamo diventate amiche di cuore (perché diciamo la veritá, siamo state noi, le donne a mantenere per parecchio tempo la regolaritá degli incontri e dei contatti); e poi quando il circolo riprese con nuove energie le sue attivitá é stato a casa sua che si sono svlte tante riunioni fontamentali, e lei sempre cosí gentile ad accoglierci tutti con tanta generositá.
Lo que somos no lo llevamos en la sangre sino en las experiencias y en la historia compartida.
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3 comentarios:
"Lo que somos no lo llevamos en la sangre sino en las experiencias y en la historia compartida." Cuánta verdad hay en esa frase. Los lazos, más que de sangre son de afecto.
Qué bueno, Eva, encontrarte por acá...
y gracias.
Claro que son las tres estrellas!
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