RENTINOS HASTA EN LA SOPA (riscrivo in calce questo racconto in italiano, cosí Giuseppe Ferrandi si diverte a vedere come pian piano sto diventando una specie di Chisciotte, alla caccia dei trentini dispersi nel passato di Bahia Blanca).
Una persona me lo había ya nombrado, pero a la pasada, a Bernardo Bertini, y pero como tambien me dijo que no había tenido hijos, había perdido ya las esperanza de saber más de él.
Pero el domingo 18 de julio sucedió una cosa increíble:
Me llamó Pablo, un querido alumno del Conservatorio, para contarme que una amiga suya estaba sacando algunas cosas de la casa de su abuelo y que tenía algunos libros que podían ser interesantes para el museo.
Fui entonces, y efectivamente su amiga Iara tenía un volumen que separé para traerme. Conversando de una cosa y otra, me comentó que tenía de su abuelo, de apellido Pacheo muchisimas fotos de la ciudad, que algun día me las iba a mostrar; por qué no ahora, le dije. Trajo dos enormes bolsos y estuvimos mas de una hora mirando y separando varias fotos sumamente interesantes referidas a la vida de Aldo y Carlos Pacheco en el Batallón del ejército, y varias imágenes de Bahia Blanca; pero mientras conversábamos y ella y Pablo revisaban esa montaña de fotos, veo como en un mazo, una libreta marrón, e impresa, la palabra "lavoro", manoteo, hojeo, me parece leer la palabra "Tione" pero pienso: "no, no puede ser que esté tan obsesionada", la dejo, pero vuelvo las fotos que estaban con la libreta, y entonces veo dos imágenes de joven vestido con el uniforme de ejercito austriaco, y una postal borrosa con paisaje montañoso: Cimego. Vuelvo a leer entonces, y sí efectivamente, eran los documentos y fotografías de un gran amigo de la familia Pacheco, que había fallecido hacía unos años (a mediados de la década del 80), sin esposa ni hijos, Bernardo Bertini.
Bernardo nació en Cimego el 5 de octubre de 1899, hijo de Bernardo y de Cattarina Calegari.
Fue soldado y estuvo en la guerra del '14 como cocinero.
Trabajó como albañil en la Impresa Costruzione Edile Trentino entre el 1 de marzo y el 28 de abril de 1923. Dejó voluntariamente el trabajo.
Partió en abril de 1924 y llegó a la Argentina el 8 de mayo de 1924 en el buque Garibaldi.
Desde el 1 de febrero de 1931 trabajó como encargado de cancha en el Club Olimpo, primero en el estadio que estaba en Avenida Alem, y luego en el de avenida Colón, en las instalaciones del club, en una pieza chiquita (avenida Colon 862). Soltero y sin hijos, su compañero de trabajo, Nicolás D’Agostino y su esposa Ana Maria Gubetta, y luego Pedro Gubetta lo tomaron como si fuera de la familia. Por eso venia todos los domingos en bicicleta, temprano hasta la casa en calle Espeche, cerca del batallón del ejército. Llegaba bien temprano, ponía a hervir una gallina, luego la sacaba y empezaba a preparar la polenta, reovlviéndola lentamente durante varias horas con su bastón de madera; en un determinado momento, le agregaba una horma de queso entero, y espinaca. En 1974 se asoció al Hospital Italiano de Bahia Blanca. Vivió al menos hasta 1984.
Ahora bien: vivó durante cuarenta años en Colon al 800. Pero ni mi abuelo ni mi tío jamás lo nombraron, y eso que vivian a pocas cuadras, llegaron por los mismos años, estuvieron en la la misma guerra...
Revista Paralelo 38, 5 de septiembre de 1965:
"...
Y mientras los proyectos van cobrando imagen, allá junto al puente
Colon dos hombres vansumando años a su prolongada actividad al servicio
de Olimpo. Pedro y Bernardo, ¿los conocen? Juan Pedro Gubetta, 63 años. Está en Olimpo desde el 9 de abril de 1938. Ya está jubilado pero sigue en el desempeño de sus funciones. ... Bernardo Bertini, 66 años, empleado de la institución desde el 1 de febrero de 1931. También él es jubilado. Ambos viven ahí.
El
regado de la cancha, manifiesta don Pedro es uno de los trabajos que se
realizan mas a menudo, por lo general entre 3 4 veces por semana. Para
ello se utiliza una bomba de aspersion. Del marcado de la cancha nos
habla Bernardo: - Primero hay que colocar un hilo alrededor, como señla
de la línea que se debe marcar. Yo acostumbro echarle agua para
humedecer el suelo. Recién después coloco la cal. Con 100 kilos, tengo
para marcar la cancha seis veces..."
