lunes, 20 de diciembre de 2010

La casa de Marter, al volver de Praga


- ¿Cómo era tu casa en Marter?

- ¿Mi casa? Una casa de altos, hay de dos pisos, hay de más, la mía era de dos,abajo era como quien dice, establo,como un depósito, y arriba la familia; todavía nació mi abuelo ahí, así que se puede imaginar, pero de cuatro aguas; grande, fue estropeada durante la guerra, bastante.

- Tenía cuatro, por ahí,cuatro años
- ¿Durante la guerra?
- Durante la guerra, en Checoslovaquia, cerca de Praga. El gobierno pasaba una subvención
- El gobierno austríaco debía ser ese...

- Y aquí, cuando volvieron?
- Un desastre, un desastre, bombardedada, el techo medio roto; pero el gobierno también se encargo de poner la ventana... el gobierno italiano, eh.

Que las casas de esos pueblos del Trentino, y en particular en la Valsugana eran, a principios de siglo XX, tal como describe Fortunata la suya, es algo que más o menos sabemos; es más, podríamos reconocer en esa, básicamente, la casa de muchos de nuestros parientes trentinos. Pero, ¿cómo es eso que fueron a parar cerca de Praga, durante la primera guerra? ¿Qué fue de Fortunata y su familia durante esos cuatro años como "profugos"? y ¿Por qué, si ellos no estaban ahí, sus casas fueron destruidas con tanta saña?

Veamos.

El Trentino, desde 1815 formaba parte del imperio austríaco. Cuando Italia declara la guerra a los Imperios Centrales, en mayo de 1915, se especula que la zona de la Valsugana se va convertir en "zona de guerra". Las autoridades imperiales inician entonces la evacuación de la población civil de varios pueblos de la Valsugana hacia el interior del imperio. Miles de trentinos Flüchtlinge, "prófugos" como los denominan en ese momento son llevados en trenes oficiales hacia las regiones de Bohemia, Moravia, Austria, y Hungría.

Sobre la estadía en Praga, Fortunata cuenta -fuera de cámara-:
Vivíamos en Praga con mi hermana mayor, mi hermano y mi mama; cada familia tenía su destino, entre 1915 y 1918; tenía dos cuando nos fuimos, seis cuando volvimos; el papa se había venido a la Argentina y nunca mas hubo noticias de él; la mamá Clementina, tuvo que apechugar con todo, con los suegros, que eran viejitos, mi abuela, y una hermana que falleció durante la guerra, en Praga, en un hospital en Praga, -que es la madre de la que está en Rio Negro; y de comida? papas, pasaban la subvención, pero...

Y ¿qué paso, entonces con las casas?
Algunos pueblitos de la Valsugana occidental-ya completamente evacuados- quedan a disposición de las fuerzas austríacas; a los de la Valsugana oriental llegan soldados del ejército italiano; y en el medio quedan Marter y Roncegno, abandonados ya por las fuerzas austríacas, pero aún no ocupados por los italianos. Hasta ahí llegan patrullas de inspección imperial, hasta ahí llegan patrullas de exploración del ejército italiano. Tierra de nadie, los dos pueblos y sus comunidades son un obstáculo tanto para los italianos (que se niegan a disparar contra población civil, aunque sospechan -con razón- que esas casas son usadas por los enemigos para esconderse y tender emboscadas), como para los austríacos (que no pueden defenderlos, pero tampoco quieren abandonarlos porque temen dejar todas esas casas intactas a disposición de futuros ocupantes).

Por eso la medida drástica: la poca población civil que queda es obligada a marcharse, y el 31 de agosto de 1915 los austríacos inician el bombardeo sobre Marter y Roncegno con "proyectiles líquidos especiales", que provocan inmediatamente un pavoroso incendio: 46 casas quedan completamente destruidas en esos días, y el espléndido centro termal de Roncegno, reducido a un montón de ruinas y escombros ennegrecidos por el fuego. Desde ese día, Marter y Roncegno, totalmente despobladas, son refugio, botín, escondrijo de todos. Al final de la guerra unas 300 casas quedan totalmente destruidas.

Cuando los "profugos" regresan a sus casas, en 1918, no encuentran ahí, más que ruinas.

También Emilia Pallaoro y su familia, de Marter, fueron "internados", y vivieron en Praga durante la primera guerra. (ya contaremos sobre ella). De Roncegno Terme vinieron  Germano y Bruno De Bortoli.

Estas notas sobre la historia de Marter y Roncegno durante la primera guerra están tomadas de acá, y del libro Gli ultimi duecento anni, Collana di Monografie "La Patria d'origine", PAT, 1994, p 110-118.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones x el Blogg muy lindo, saludos Java y Lore.

Ana Miravalles dijo...

Gracias, Java! Gracias Lorena!
Y cuando puedas por ahí estaría bueno averiguar algunas cosas más sobre el abuelo De Bortoli ¿no? a mí me intriga... Un beso

Ana Miravalles dijo...

Vinieron los, Germano y Bruno, del mismo lugar que Fortunata... eso para empezár. Habrá estado en la guerra, Germano? por dónde?