martes, 2 de abril de 2013

Isabel Ferrari, y el obstáculo para el olvido


Esta imagen es de Isabel Ferrari:

- la que hizo llamar siempre a su hijo con el apellido de su marido a pesar de que el chico era también Ferrari,

- la mujer que escribió  "Un obstáculo para el olvido" en la foto de la madre biológica de su hijo Tincho,

- la que nunca, hasta que fue muy muy anciana (y después de la muerte de Tincho), habló con nadie de "ese tema".

Isabel había nacido en Tandil el 22-11-1896, pero al año siguiente sus padres Giuseppe Ferrari y Maria Pasi, junto a sus otros cinco hijos nacidos en Tandil (Américo, Carlo Raimondo, Juana, Teresa, y Guerino) volvieron a Italia, al Trentino donde según cuentan, la familia tuvo un hotel, llamado Argentina. Pero seis años después, María quedó viuda en 1903, se volvió a Bahía Blanca con todos sus hijos (los seis ya nombrados, más los dos que nacieron luego en Italia: Paolo, y Valeria), y en Ingeniero White se casó en segundas nupcias con Cirillo Campestrín.

Pocos años después, también se casó Isabel, en 1914 con Agustín Assibat, un joven oficial de Prefectura que trabajaba en el resguardo de Aduana de Ing. White:


Pero al cabo de dos años, Isabel y su marido Assibat se mudaron a Buenos Aires.
Los años pasaron, niños no llegaron y entonces, en 1927 ocurrió algo que no estaba en ningún plan, y de lo que obstinadamente se empeñaron en  no hablar: el hermano de Isabel, Pablo Ferrari, soltero, tuvo un hijo "natural", Carlos Norman Ferrari. No sabemos los motivos, pero cincuenta días después del nacimiento, el niño fue entregado a Isabel y a su esposo, quienes se hicieron cargo de él y lo criaron como si hubiera sido su propio hijo:

Isabel Ferrari y Carlos Norman Ferrari.

En el acta de nacimiento de Carlos solo figura el nombre del padre, pero sabemos gracias a una carta, que la madre se llamaba Filomena y que siendo Carlos Norman  bebé, ella lo visitó varias veces en casa de Isabel. Sin embargo, por lo que parece, ya a los tres años el contacto se perdió. Y de hecho Carlos Norman  tuvo que enterarse el día que entró en primer grado el primer día de clase, que  su verdadero apellido no era Assibat, sino Ferrari, que sus "padres" eran en verdad sus tíos. No sabemos si ese día supo también que su tío era en realidad su padre biológico.

Sí sabemos que Isabel nunca lo dejaba solo a Carlos (Tincho, le decían), ni por un minuto, porque tenía miedo de que la madre se lo quitara. Y cuando Carlos terminó la escuela primaria, sus tías de Bahía Blanca, Valeria y Rosa, (y Pablo que vivía con ellas) quisieron traérselo a Bahía pero cuenta su viuda que Carlos lloró muchísimo y que su otro tío Américo  el que vivía en Mar del Plata, fue el que dijo: "Isabel, no lo dejes ir, porque lo vas a perder para siempre". Isabel logró resistir la presión de sus hermanas y así Carlos pudo permanecer en Buenos Aires junto a Isabel y a Assibat, a quien, según parece, quería muchísimo.

De ese tema, en esa familia, jamás se habló. El silencio sobre el origen y la familia materna de Carlos quedó terminante sancionado y ninguna referencia pudo volver a hacer sobre ese tema. De hecho, en el obituario de la madre de Isabel, Maria Pasi,, en junio de 1942, Tincho aparece nombrado como Norman Carlos Assibat. Sabemos que Isabel fue una madre exigente, rigurosa y posesiva y sin embargo, en secreto, en 1942, un día estampa su firma en una fotografía de la madre de su hijo, y escribe "Un obstáculo para el olvido". 

Después del fallecimiento de su esposo y del traslado por trabajo de Carlos a Bahía Blanca, también ella vino a vivir a la ciudad y hasta el día que falleció Carlos, en 1982 Isabel vivió con su hijo y con su nuera. Al día siguiente, su hermana Valeria la llevó a Isabel a su casa, se llevó todo su dinero y sus pertenencias, se hizo nombrar apoderada para cobrar la pensión de su hermana, y poco después comenzó el itinerario de Isabel por varios geriátricos, hasta su muerte, en 1989.

Una vez, siendo ya muy viejita, Isabel le dijo a su nuera el nombre y apellido de la madre biológica de Carlos. Ella lo anotó con un lápiz en la tabla posterior de un ropero de madera, para no olvidarlo: Filomena Mammeo.

Luego, la foto de la mamá de Tincho apareció entre las cosas de Isabel.

Esa foto nunca antes se la había mostrado a nadie.



Questa donna é Isabel Ferrari:

- la donna che fece chiamare suo figlio con il cognome di suo marito benché il bambino fosse Ferrari di cognome anche lui,

- la donna che scrisse "un ostacolo per l'oblio" sulla fotografia della madre biologica di suo figlio Tincho,

- la donna che non parló mai con nessuno su quest'argomento fino a quando non fu ormai molto molto anziana.


Isabel era nata a Tandil il 22-11-1896, ma l'anno seguente i suoi genitori Giuseppe Ferrari y Maria Pasi, assieme agli altri cinque figli nati a Tandil (Américo, Carlo Raimondo, Juana, Teresa, e Guerino) rientrarono in Italia, nel Trentino dove, per quel che raccontano, la famiglia aveva un albergo dal nome Argentina. Comunque, sei anni piú tardi, María, vedova en 1903, tornó a Bahía Blanca con tutti i suoi figli (i sei sopraddetti e in piú, i due altri bambini nati in Italia: Paolo e Valeria), e a Ingeniero White sposo in seconde nozze il suo compaesano Cirillo Campestrín.

Pochi anni dopo, anche Isabel si sposó nel 1914 con Agustín Assibat, un giovane ufficiale di Prefettura che lavorava a Ing. White. Ma molto presto Isabel e suo marito si trasferirono a Buenos Aires.
Gli anni passavano, i bambini non arrivavano e allora, nel 1927 accadde quello che nessuno aveva previsto e che nessuno poi volle menzionare: il fratello di Isabel, Pablo Ferrari, celibe, ebbe un figlio "naturale" (come si diceva all'epoca), Carlos Norman Ferrari. Non conosciamo le ragioni, ma cinquanta giorni dopo la nascita il bambino fu consegnato a Isabel e suo marito i quali presero a loro carico il piccolo come se fosse stato il loro figlio.

Nell'atto di nascita di Carlos Norman c'é soltanto il nome del padre ma sappiamo, grazie a una lettera, che la mamma si chiamava Filomena e che essendo Carlos piccolino lei andó a trovarlo alcune volte a casa di Isabel. Comunque, per quel che sembra, tre anni dopo il contatto si perse. E infatti Carlos Norman  dovette apprendere il primo giorno di scuola che il suo verno cognome non era Assibat ma Ferrari, e che i suoi "genitori" erano in realtá i suoi zii. Non sappiamo se quel giorno seppe anche che suo zio (che abitava lonano, peró) era in veritá suo padre biologico.


Sí sappiamo  che Isabel non lasciava Carlos mai da solo, neanche per un minuto, perché temeva che la mamma glielo togliesse. E quando Carlo finí la scuola elementare, le zie di Bahia Blanca Valeria y Rosa, (e anche Pablo che viveva con loro) vollero farlo venire a Bahía, ma Carlos pianse tantissimo per la paura di un ulteriore strappo e suo zio Américo  quello che abitava a Mar del Plata, fu quel che disse: "Isabel, non lasciarlo andare, altrimenti lo perderai per sempre". Isabel riuscí a resistere la pressione delle sue sorelle e cosí Carlos rimase a Buenos Aires accanto a Isabel e a Assibat, uomo al quale voleva un sacco di bene.

Il silenzio sulle origine e la famiglia materna di Carlos fu terminantemente sancito e nessun riferimento se ne fece. Infatti, nell' obituario della madre di Isabel, Maria Pasi,, giugno del 1942, Tincho appare tra i nipoti come  Norman Carlos Assibat. Sappiamo che Isabel fu una madre esigente, rigorosa e possessiva; e comunque, in segreto, un giorno del 1942, firma una fotografía della mamma di suo figlio e scrive "Un ostacolo per l'oblio". 

Dopo la morte di suo  marito e il trasferimento di Carlos a Bahia Blanca per motivi di lavoro, anche lei si trasferí  in cittá e fino al giorno della morte di Carlos nel 1982, Isabel abitó con suo figlio e sua nuora. Il giorno dopo, sua sorella Valeria Ferrari, porto con se Isabel a casa sua, portó via tutti i soldi e gli oggetti, si fece fare una procura per riscuotere la pensione di sua sorella e pochi giorni dopo inizió il pelerinaggio di Isabel per diverse case di riposo fino alla sua morte nel 1989.

Una volta, peró, essendo giá molto anziana, Isabel riveló a sua nuora il nome e cognome della mamma di Carlos. Lei lo scrisse in segreto, con una matita sul tavolo posteriore di un armadio di legno, per non dimenticarlo: Filomena Mammeo. 

Poi, la foto della mamma di Tincho apparse tra le cose di Isabel.

Questa foto non l'aveva mai fatta vedere a nessuno.




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