jueves, 25 de diciembre de 2014

Bro' brusa'


Elsa Dalceggio Bro' brusa' from Ana Miravalles on Vimeo.



Ana: - ¿y el bro’ brusa? (pronunciado, evidentemente, de un modo inexacto)
Elsa: - no, no.
Ana: - una sopa
Elsa: - ¡ahhhh! sí.... ¡el bro' brusa'! Claro, lo hacía mi mamá, me parece que tostaba harina y después le echaba caldo, y bueno, era una sopa...

Esta no es de las que aparecen en los recetarios de "comida típica", pero probablemente, en la mayor parte de las casas de los inmigrantes trentinos llegados en las primeras décadas del siglo se preparaba casi a diario el bro' brusa' (caldo quemado, en dialecto trentino),  un plato más que austero característico de la situación causada por las tremendas privaciones de la primera guerra y la crisis de los años que vinieron después. Ninguno de nuestros entrevistados jamás dijo: qué rico el bro' brusa'. Todo lo contrario.

La pobreza tiene mal sabor, tiene mal sabor el desarraigo (la nostalgia por los padres, por la casa, la incierta posibildiad de volver alguna vez), sí, el sentirse extraño (hablar otro idioma, tener otras costumbres, sentirse en condiciones de inferioridad o al menos de radical extrañeza por ser inmigrante) sabe realmente mal, muy mal. 

Esas madres trentinas siguieron  preparando bro' brusa' en la Argentina cuando ya tenian carne y pollo para hacer todo el caldo necesario y fideos, y verduras de todo tipo y el dinero para comparlos o las huertas para cultivar y criar todo lo que quisieran en paz. Trajeron marcado a fuego el sello de la pobreza en sus paladares, y aunque los hijos nacidos ya acá en la Argentina eran la más concreta manifestación del éxito del drastico paso dado al emigrar, aún cuando ya tenían por delante todavía mucho esfuerzo y mucho trabajo, pero no privaciones ni falta de esperanzas, ellas siguieron cocinando el bro'brusa' durante muchos años, y así la marca de aquel origen campesino pobre signado tanto por la miseria y la carestía como por la irreversible fractura de la partida y la aculturación, quedó signada también en lo más hondo del paladar de esos hijos. 

Esos hijos hicieron todo, TODO, para extirparla, borrarla, y olvidarla.

Cuando les suelo preguntar qué preparaban sus padres, ellos dicen carne,polenta con pajaritos, bifes a la plancha y pollos asados.

Nunca logré que - ni inmigrante ni ninguno de los hijos de los muchos trentinos que en otras épocas lo comían a diario-  me prepare, al menos para probarlo y para comprender la causa de tanto resentimiento y asco- un plato de bro' brusá.



lunes, 22 de diciembre de 2014

Elsa Dalceggio (Trentinos en Ascasubi y Buratovich)



Desde Roncegno (donde nació el 26 de marzo de 1922) llega a la Argentina, junto a su madre, Caterina Pola y su hermana Noela, en 1936. Así cuenta ella (a sus 92 años, en su casa, junto a su hija Luisa Badaracco) la historia de la llegada a la zona de Buratovich y el trabajo en el campo:


Elsa Dalceggio from Ana Miravalles on Vimeo.


Resulta que vino a la Argentina mi hermano mayor, porque ahí el pueblo era pobre no había porvenir, entonces tenía 20 años, se vino a la Argentina. Al poco tiempo, cuando junto un poco de plata, llamo a mis hermanos, después mas tarde cuando juntaron un poco de plata, fue mi papá y el hermano más joven, y después, en otro viaje fue mi hermana mayor. Nueve éramos de familia.


Y fuimos a San Adolfo, porque ahí trabajaban mis hermanos, en la estancia de Carlos Luro. Mi papá se dedicaba a viñedo, mis hermanos a la alfalfa, y había gallinas, había abundancia, de todo...


Estaba por casarme, yo, la otra hermana no, y bueno, ahí  me casé, y trabajé con ellos, una historia…. que mama mía, después alquilamos campo nosotros también, siempre en la zona de Ascasubi y la pasamos como todo agricultor, ya teníamos una nena asi, la hermana, y después, qué pasó...  mi hermano tenía 25 hectáreas y las tiene disponibles, y bueno, vamos a alquilar la cosa, íbamos de campo en campo, ahí alquilamos, mi hermano me hizo una linda casita, y ahí nos metimos, con ajo, con cebolla, tomate, morrones,  había vacas para leche, caballos para el trabajo, porque no había motores o coso con…, todo a caballo...
Y... se vivía ...


 



jueves, 11 de diciembre de 2014

Santina Pasolli de Manincor


Hace un tiempo nos preguntábamos qué habría sido de la vida de Juan de Manincor. La semana pasada, un amigo me pasó varios datos interesantísimos: que Manincor se había casado con Santina Pasolli, y que una hija de ellos, Carmen vive, en Bahía Blanca, en la calle Darwin numero tal y tal. El domingo a la tarde, entonces toqué timbre en esa dirección, me atendió primero un hombre, pregunté por Carmen, y salió a atenderme una hermosa señora, de rasgos delicados, cabello rubio, me presenté, y pareció encantada con la propuesta de reunirnos un día para contarme la historia de sus padres.
Ayer a la tarde cuando llamo me atiende el hombre y cuando le pido por la señora me dice que no va a poder ser, que ella ayer se habia puesto con los hijos a juntar fotos y recopilar papeles para cuando yo fuera y, segun el, ella se puso muy sensible, y que hace poco murio el hermano de ella, y que él decidía entonces que no, que era mejor que no la entreviste. Yo le dije que a mí me pareció que a ella sí le gustaba la idea, que si había comenzado a reunir fotos para mostrarme es porque deseaba realmente ser entrevistada, y que si estaba triste, tal vez contar su historia -aunque fuera tristísima- podía hacerle bien, incluso. No, no, yo decido que no, me dijo. Le dije que iba a llamar mas adelante, tal vez cuando ella ya estuviera mas animada, y me respondió que llame, si quería, pero que mas adelante iba a recibir la misma respuesta.

Me duele pensar que Carmen Manincor, en este momento, debe estar esperando mi llamada, debe tener ahí preparadas sus fotografías, debe estar pensando qué contarme y qué no, y se estará preguntando cómo puede ser que me olvidé de ella, que no la llamo.

Si alguien la contacta, la encuentra, la conoce, haganle saber por favor que nada deseamos tanto como ir a verla.

Y de Santina Pasolli, mientras tanto, no podemos saber más que el nombre....

miércoles, 15 de octubre de 2014

Heridos de guerra: la primera guerra de los inmigrantes italianos llegado a Bahía Blanca a partir de los años '20"



El viernes 24 de octubre, a las 20 hs., en el auditorio de Rondeau 26, tendrá lugar la conferencia "Heridos de guerra: la 1° guerra de los inmigrantes italianos llegados a Bahía Blanca después de los años 20", a
cargo de la Licenciada en Historia Ana Miravalles, en el marco de las actividades de la Asociación Dante Alighieri por la XIV° Semana de la lengua italiana, y como parte de los festejos por el 25° aniversario del
Círculo Trentino de Bahia Blanca.

A partir de 1923 llegaron a Bahía Blanca miles de inmigrantes italianos. Pero aunque todos traían el mismo pasaporte, muchos de ellos vivieron la primera guerra -entre 1914 y 1919- en trincheras opuestas: los soldados del reino de Italia por una lado y los del Imperio Austríaco -
trentinos y triestinos, de lengua italiana-, por otro. Del peso de las experiencias de la guerra primero y de la emigración después, y de la pregunta acerca de cuánto de aquella historia -ocurrida cien años atrás y del otro lado del mundo- forma parte también de nuestra propia historia, trata esta conferencia.

Participan alumnas de la cátedra Dicción Italiana del Conservatorio de Música de Bahía Blanca, con el asesoramiento del profesor Edgardo Matoso.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

La familia de Luigi Dalceggio y Caterina Pola en Hilario Ascasubi

 En la chacra que la familia Dalceggio-Pola tenía en Mayor Buratovich, paraje Santa
Catalina, (para nada  atribuido a mi abuela, fue casualidad) y lo que está sobre la mesa
es un receptor de radio a batería, que Dios sabe donde habrá quedado.

Una mensaje de Alejandro Deriugin:

"Te adjunto un conjunto de imagen con la foto de mis abuelos  maternos  y de sus hijos, la  familia completa ya en Argentina:

Los nombres son Luigi Dalceggio y Catina o Catalina Pola, los hijos eran Reinaldo,
Abele, Giusto, Luigi, Anna, Noela y Elsa".


De   estos, hay descendencia de :
Luigi, padre de 2 hijas, Irene con 5 hijos y Ester con 2.
Elsa, madre de 2 hijas, Analia con 3 hijos y Luisa con 2 hijos.
María Anna, mi madre con 2 hijos, Ana Julia, sin hijos y yo, Alejandro con 2 hijos."

martes, 16 de septiembre de 2014

El primero de la familia que llegó a la Argentina, el hermano mayor, Rinaldo Dalceggio - CEMLA


Luigi Dalceggio por dos llegan a la Argentina en 1935 - CEMLA



Maria Anna Dalceggio - Cemla


Luigi Giuseppe Dalceggio y sus hijos - Nati in Trentino



 




¿Qué fue de la vida de Juan Manincor en Bahía Blanca?


En un libro de registro de personal ferroviario aparece esta ficha, con un nombre, una fecha de nacimiento, una profesión y parte de una trayectoria laboral.

No figura el lugar de nacimiento, y aunque me resulta algo familiar,  nunca he conocido a nadie en persona con ese apellido ni hay nadie en Bahia Blanca que se llame así. Tanto como para probar, busco en la base de datos Nati in Trentino, y he aquí entonces que Juan era Giovanni, y nació en Meano, y lo encontramos trabajando en Bahía Blanca, como obrero ferroviario, ajustador de bombas entre 1930 y 1947... 

Esto es tod lo que sabemos de él por el momento.  ¿Quién fue Juan Manincor? ¿Qué fue de su vida?


lunes, 11 de agosto de 2014

Carmen Nicolussi, hasta siempre

Carmen Nicolussi, a los 13 años, junto a su madre Concetta Sain, posando para la foto del
pasaporte con el que vinieron a la Argentina a fines de 1954.




Yo no vine a mi me trajeron editada y con subtitulos from Ana Miravalles on Vimeo.

Tenía un hermano, acá, yo que había venido después de la guerra en el año 48, y nos mandó a llamar, como allá la situación era fea, que no había trabajo, después de la guerra, viste, nos mandó a llamar y nos vinimos a hacer la América, que fue lo que menos hicimos. Nosotros vinimos en una época en que ya no era como antes. Tenia 13 años, en febrero cumplía los 14. Llegamos a Buenos Aires el 30 de diciembre del año 54 y acá en Bahía en enero del año 55. Yo la verdad que no vine por mí, vine porque me trajeron y después no volvi más porque le tengo miedo a los aviones, y aqui estoy...

lunes, 21 de julio de 2014

Verano del '27 - Luis Sansoni en Hucal, pcia de La Pampa


Verano del '27 - Luis Sansoni en Hucal (entrevista: 21-9-1998) from Ana Miravalles on Vimeo.




En esta entrevista grabada en septiembre de 1998, Luis Sansoni (Poia, 1904 - Mendoza, 2000) cuenta:

Vuelvo a Bahía Blanca, voy de Pedro Cabré, me mandó a empezar una casa como capataz, levanto la casa más o menos al primer piso, como capataz. Un día me llama, me dice: 

- Venga al escritorio tenemos que conversar. 

¿Qué será? Le pasara algo a don Pedro? Voy allá. 
Vea, me dice, tengo un problema que vos podes resolvérmelo: la cuñada del presidente de la república, Marcelo T. de Alvear (que era presidente en aquel entonces, que le falleció un año antes el hermano), se quedo viuda con las dos chicas, la Elvira y la Dora; tenían una estancia de 22mil hectáreas ahí en Hucal. En pocas palabras, esta señora quería modificar, reformar el casco de la estancia, más hacer una iglesia en memoria de su marido. Entones me dice: 

- Vea, usted es el único que puede ir allá, hacerse cargo de todas estas reparaciones, tiene un buen sueldo, le fabricamos uno muy bueno,  la comida no le va a costar ni un centavo y está allá cinco o seis meses, o siete, no sé. Hay que modificar, en cada dormitorio agregar le un baño particular por cada dormitorio, hacer el salón, todo el detalle, mas  la iglesia y la única comunicación que tenemos, (porque es un desierto eso, un desierto era, es un desierto hoy, mirá entonces), es la  comunicación semanal con un tren.



Me engatusó tanto que acepte, así que la obra que estaba de capataz tuve que dejarla y me fui con el camión, con el tren, y él también, a presentarme al mayordomo, era un alemán se llamaba Hans.


Bueno, toda la cosa salió bien, y cuando terminé todo, todo terminado, llega el día que viene un tren especial, llega esta familia, las chicas también,  un montón de servidumbre, siete, ocho había, (Pedro Cabré) me llama dice: 

- Señora, aquí está el señor Sansoni que va a estar a las órdenes suya todo el tiempo que va a estar acá porque cualquier problema que surja él se lo va a solucionar. 

Bueno, yo tuve un mes de vacaciones en la pampa, pero en la cárcel, porque imaginate, en La Pampa, no hacer nada, ¿qué hacía todo el día? Y a las chicas no las llaman “señorita”, “niñas”, “niñas” hay que llamarlas. La niña Elvira muy pocas palabras pasé en todo el mes que estaba ahí, muchas veces Buen dia, buenas noches. Pero la Dora era más simpática, así que la Dora muchas veces andaba por ahí, me llamaba a mí, que charláramos.



Ya para ese entonces el castellano lo manejabas bastante bien,¿no?



¿Yo? Llegó un momento que decía que no había nacido en Bahía Blanca y no me creían. Ahora después que fui unos cuantos viajes a Italia, ahora cuando viaje a Italia ya bastaredee todo, ya no sé mas qué hablo,  no sé si hablo castellano, italiano … o húngaro.
 

 Capilla Hucal (Foto: Horacio Pagella)


viernes, 11 de julio de 2014

Las canciones de Maria Bertotti


Las canciones de Maria Bertotti from Ana Miravalles on Vimeo.


Ho mangiato la spina di pesce
la pancia mi cresce
marito non ho.

Sé cantar en italiano, de todo

Addio bei giorni passati
mia piccola amica ti devo lasciar 
gli studi son gia terminati 
abbiamo finito cosí di sognar
lontano andró dove non so
parto col pianto nel cuor 
e a Torino ho lasciato il mio amor.
E non ti potro scordare
piemontesina bella 
sarai la sola stella
che in cielo brilla per me.
Ricordi quelle sere
passate al ¿Valentino?
col biondo studentino
che ti stringeva sul cuor


Cantaba en el hospital a veces, trabajaba en el lavadero y después que se iban todos tenía que hacer la limpieza; cuando baldeaba el piso, y... cantaba, yo en italiano. El administrador me golpeaba asi, le abría  y me decía: María, me decía, ¿usted se cree que está en un circo? No, señor Budassi, si estoy en el laboratorio 




María Bertotti (Povo, 1923) -la madre de Rosanna y Luis Steck- canta, en este video grabado en 2003, como cantaba siempre en las reuniones del Círculo.
Esas canciones son -tal vez- su modo de contar su historia.




martes, 8 de julio de 2014

Una serie de fotos de inmigrantes trentinos en Bahía Blanca


Trentinos en Bahía Blanca from Ana Miravalles on Vimeo.


El 29 de mayo pasado el Círculo Trentino de Bahía Blanca cumplió sus 25 años, y lo festejamos el día 5 de julio con una hermosa fiesta. Durante la cena, proyectamos esta serie de fotos, como un homenaje y un recuerdo a los inmigrantes trentinos radicados en esta zona (que hemos identificado hasta ahora: sin duda debe haber habido más, ya los iremos localizando).

miércoles, 25 de junio de 2014

Fortunato Zamboni


Fortunato (Covelo, 5-1-1912) llegó a la Argentina en 1928 con solo 16 años:

Abuelo Nato era de Covello de la Provincia de Trento. Era Italiano. Y se vino joven por la guerra;  jamás sabré por qué nunca quería hablar en italiano en casa ni por qué no hablaba tanto de Italia. La unica vez que se lo escuchaba hablar en italiano era cuando venían los hermanos. 

jueves, 19 de junio de 2014

19 de junio de 2014

Una vuelta al mundo de 1710 días, en casi una semana en cama.

Inmovilizada desde el lunes a causa de un esguince de tobillo, cada día me concentro en un aspecto diferente de la historia de mi abuelo trentino prisionero en Rusia:

El domingo (antes de la desafortunada caída) había estado estudiando con toda atención las hojas matriculares de Camilo durante los meses que fue soldado del ejército austríaco: en Innsbruk, en Linz (el 4 de junio de 1915) y en Beneschau (o Benesov) cerca de Praga, el 27 de julio de 1915), antes de ser enviado al frente de batalla, cerca de Leopoli (Lemberg), en Galizia (region que actualmente se encuentra entre Rusia y Ucrania).

(El mapa en realidad señalaba otro itinerario: yo modifiqué algunas partes, con absurdas líneas rectas para adecuarlo al recorrido de Camilo. )

El martes me dediqué al camino de regreso (después de haber deserado, de haber sido tomado prisionero, de haber pasado casi dos años en una mina cerca del Mar Negro, después de haber aceptado el ofrecimiento de la Misión Militar Italiana de tomar la ciudadania italiana e ir a Kirsenov julio de 1917, y despues hacer completo el recorrido con el tren Transiberiano hasta el Pacífico a la ciudad de Vladivostok, enero 1918) : desde Vladivostok a Tientsin, Mukden Harbin, Mukden, Pusan, Honolulu, San Francisco, Nueva York, Camp Dix, Génova, Chiavari y finalmente Poia, fines de 1918 (y comparar este camino en particular con los otros que tuvieron que tomar los demas miles de prisioneros trentinos antes de poder volver a Italia):

 Ayer miércoles me ocupé del período de prigionia: el camino que hizo (probablemente a pie) desde el punto en el frente en el que desertó (después de haber partido de Leopoli-Lemberg) hasta llegar a Kiev, (¿habrá estado en el  campo de Darnista?), y de ahí junto a una gran cantidad de prisioneros del ejercito austriaco, el viaje hacia el distrito de Ekaterinoslav, a la mina de carbón donde estuvo durante 21 meses; de las condiciones de vida de los prisioneros ahí; de la acción de la Misión Militar Italiana, de cómo hacen saber a estos prisioneros, a principios de 1917, que pueden optar por la ciudadanía italiana para dejar de ser prisioneros, (ya que Italia era aliada de Rusia!), y para poder volver a casa; de la presencia de Bassignano y Basic; y del viaje en tren y de la la llegada a Kirsenov, en julio de 1917.

Hoy jueves, me ocupo de buscar respuesta a una duda: Camilo ¿habrá esperado en Kirsenov (el campo de concentración de "italianos") durante esos cinco meses, hasta que todos los ex-prisioneros partieron hacia Vladivostok en el Transiberiano? He aquí por qué me pregunto esto: en su libreta hay solo dos páginas, con dos fechas 17 y 18 de noviembre de 1917,  y el nombre de una localidad, Ausezka (inhallable), donde dice haber comprado la libreta. Ahí se refiere explicitamente a ese momento de espera, y sus palabras son terribles, angustiosas.  Entonces me pregunto si Camilo no habrá formado parte de ese grupo de kirsanovers que en octubre de 1917 partió junto a Basich hacia Wologda con la esperanza de embarcarse en Arcángelo pero que quedó varado y durante dos meses estuvo dando vueltas por ahí,viviendo un poco a la buena de Dios, hasta que iniciaron también ellos, desde Wologda el viaje hacia Vladivostok.

Tendría que mirar los mapas de nuevo y los lugares por los que Camilo cuenta (en esas remotas entrevistas hechas hace 30 años de las que conservo solo notas y una grabación mal hecha)  que pasó. Pero no es una tarea sencilla:  los nombres de las ciudades rusas no solamente se transcriben de varios modos sino que muchos cambiaron después de la creacion de la Unión Soviética. Era demasiado grande el imperio austriaco, es demasiado grande Rusia  y es casi imposible -si uno quiere reunir todos esos nombres en un mapa que entre -digamos- en una hoja normal- tener noción de las distancias (ni siquiera me animo a figurarme los paisajes, el relieve, los climas).
 Fue necesario ir entrando en esta historia, lentamente, así, sin interrupciones para poder llegar a entender algunas cosas; cosas que uno, principio, nombraba con palabras "comunes"  pero que, a medida que va leyendo empiezan a volverse disonantes y te llevan a experimentar un extraño desconcierto: palabras como "frente", "prisionero", "grupo", "compañero", "ciudadanía", "frío", "campo de concentración" etc., en ese contexto particular tienen un signficado bastante diferente y alejado de lo que uno pensaba que estaba expresando con esa palabra.

Ayer encontré una carta de un periodista-historiador Armando Vadagnini, (a quien -se ve- le escribí en referencia a un articulo sobre el tema de los prisioneros trentinos en Rusia), en la que me invita gentilmente a escribir un articulo contando la historia de mi abuelo, fechada en 1989. Veinticinco años necesité para poder empezar a hacerlo.

Llevo treinta años tratando de armar esta historia. A veces me he reprochado a mí misma una cierta negligencia. Pero ahora comprendo que si en aquella época ya me parecía, en conjunto, larga y compleja, ahora que la estoy analizando con bastante detalle, me doy cuenta de que esa complejidad es infinita. Recién ahora pude encontrar en la web datos, mapas, textos de diarios, investigaciones sobre este tema. Recién ahora, con la experiencia de haber entrevistado a mucha gente, puedo manejar aquellas viejas notas y la grabación (que todavía no he podido terminar de escuchar completa). Tengo la impresión de que a medida que la voy conociendo en sus detalles esta historia, se vuelve cada vez más dificil de contar: una historia incontable por la cantidad de cosas que habría que aclarar, la cantidad de contextos que habría que reponer, la cantidad de dilemas que ahora a nosotros nos parecerían impensables.

Y sobre todo, ¿a quién más que a mí podría resultar interesante?

Yo creo que a los diez, once años sentí hablar por primera vez de todo esto, e hice propia la excitación de este relato (que yo en esa época percibí e interpreté como un relato de viaje), que permaneció intacta, y que recuperé de modos bastante oblicuos, a veces, en diferentes lecturas y experiencias: la lectura de La colina de Watership y Miguel Strogoff, la vuelta al mundo en 80 días y quién sabe cuántas otras novelas de Verne (y sus respectivas versiones en pelicula); el estudio minucioso de los viajes de Alejandro Magno y de los viajes de los personajes de Tácito cuando preparé mi tesis de Durham; mis propios viajes. Gracias a mi tobillo hinchado, acá en la cama, la reencontré de nuevo.

martes, 17 de junio de 2014

7 de junio de 2014

Fue necesario todo este largo día, inmovilizada por mi tobillo hinchado, para poder leer de corrido todas esas páginas, releer de nuevo un par de libros que tenia ahí desde hace mucho. Inmovilizada y practicamente sola, algunas cosas tuve que leerlas varias veces para convencerme de ellas.

Mi pie hinchado.

Mi abuelo Camilo contó alguna vez que, estando junto a los otros miles de exprisioneros a.u. en Tientsin a la espera de algun medio para volver a casa a mediados de 1918, iban a embarcarlo en una cañonera italiana para volver a italia por el indico y el canal de Suez, pero que no lo aceptaron por tener su pie hinchado (y mas tarde, segun su versión, ese barco habria sido hundido y todos el pasaje, muerto). Pues bien, cañonera italiana hubo ahí en Tientsin donde estaba Camilo en esos días pero a ella fueron subidos los cien revoltosos que se sublevaron, cansados de esperar, cansados de que los lleven de aquí para allá, despues de cuatro años de guerra y prision en rusia (luego los llevaron a no se que lugar de China y no se que mas pasó). En cambio, gracias a su pie hinchado,  logró formar parte de los 370 hombres que partieron embarcados en el Logan hacia los Estados Unidos (iban ahí viejos e inválidos, según los libros). Y el viaje por el indico.Ese viaje de regreso lo hicieron, pero casi un año despues todos los que quedaron en tierra, algunos, enrolados como "voluntarios" en los Batallones Negros tuvieron que volver a ser soldados ahora en el ejercito italiano, y volver al corazon de la Siberia a pelear contra los bolcheviques), y otros en la Legione Redenta, empleados como guardias y patrullas. De estos no murio ninguno, pero de los que tuvieron que volver a la Siberia varios murieron. Lograron volver a Italia entre 1919 y 1920. El pie hinchado lo salvo, no de morir ahogado en un naufragio que hasta donde se nunca ocurrio, sino de tener que quedarse ahi en Rusia, como soldado, todavía dos años más.

Camilo desertó apenas llegó a la linea de combate: un día llegó al frente, al día siguiente ya estaba del otro lado, como prisionero de guerra. Agustín en cambio, como oficial del ejercito austríaco, permaneció en el frente hasta el final, hasta que el general ruso Brussilov venció definitivamente a los austríacos en el frente de Galizia; recién ahi, derrotado, deserta, y como prisionero se vincula con la mision militar italiana, irredenti. Agustin paso a ser oficial del ejercito italiano.
Vaya a saber qué historias hubo entre ambos hermanos.

Leí un montón de fragmentos de diarios y de cartas, y de libros muy mal escritos.
Ningún mapa alcanza a contener todo este trayecto, y los mapas engañan ya que hacen parecer pequeño aquello que no lo es. NO lo es la distancia entre Innsbruk y Beneschau (Benesov), ni entre Beneschau y Leopoli, ni entre kiev y Vladivostok, ni entre Vladivostok y Tien-Tsin.

No se si alguna vez Camilo me contó por que tenia su pie hinchado. Un tipo de 20 años con el pie hinchado: dice que esa molestia en el pie le duró toda la vida.

domingo, 15 de junio de 2014

Hoy estuve leyendo cuidadosamente las fojas de servicio de mi abuelo Camilo en el 2° regimiento de Kaiserjaeger Tiroles, infantería (1 Tiroler Kaiserjager RGT Landsturm 1915): descifrar primero la letra (ya que TODO es manuscrito), reconocer las palabras, transcribirlas, buscarlas en el traductor. Me entero que en Linz lo alistaron, el 4 de junio de 1915, y que después de ahí, estuvo en Beneschau (que vendría a ser Benesov), que formó parte de un batallón de reemplazo, y que les dieron 6 coronas, todo eso el 27 de julio de 1915.

domingo, 25 de mayo de 2014

Emmanuel Hueller, el vértigo

Emanuel Hueller nace en Marter de Roncegno en 1901 cuando el Trentino formaba aún parte del imperio austriaco.
En 1914, su padre y su hermano son enviados al frente de batalla en Galizia, según cuenta Noemí, la hija de Emanuel
En mayo de 1915, cuando Italia declara la guerra al imperio Austríaco, la localidad Marter de Roncegno es evacuada y Emmanuele de 14 años,  y su madre son enviados como refugiados a algun lugar en el territorio austríaco.
Al año siguiente de terminar la guerra, en 1919, Emmanuel hace el servicio militar, como alpino, en el ejército italiano.
 

El 17 de enero de 1924 desembarca en el puerto de Buenos Aires:



y después de trabajar en el campo de  tiempo después se radica en la ciudad de Bahía Blanca.

sábado, 24 de mayo de 2014

Romedio Nicolussi, soldado austríaco en Fiume


Romedio Nicolussi soldado cocinero from Ana Miravalles on Vimeo.

Marcelo Nicolussi (Pergine, 1938), cuenta sobre su padre Romedio (Pergine 1888 - Bahía Blanca 1973).
Un caso más (y parece que eran muy frecuentes) de autoagresión, para no tener que ir a morir al frente de batalla:



Él era soldado austríaco, en aquel entonces la zona era Austria, como se dice, no era muy heroico mi papá, cuando se enteró que lo iban a mandar al frente –me comentó- que se pegó un tiro en el pie para que lo llevaran al hospital en lugar de mandarlo al frente. Trabajaba en la cocina, cocinero, no es que sepa mucho porque mi papá mucho no comentaba esas cosas de la guerra. Contaba que le gustaba más estar bajo Austria que bajo Italia, así que, digamos, hubiera preferido ser austríaco y no italiano, pero son cosas de la vida…
 



Una imagen de Romedio Nicolussi en Fiume, como soldado-cocinero: