Los adultos: Amabile Sansoni, Aniceto Ferrari y Rosina Bellotti
Los niños: Agostino, Camillo y Cornelio Ferrari
Aniceto Ferrari, nacido en Poia en 1856 fue uno de los varios miles de inmigrantes que entre 1880 y 1900 vinieron, trabajaron un tiempo en el campo y se volvieron. Si Sansoni no fabula con los datos de la historia argentina, podemos suponer que su tío estuvo dando vueltas por la provincia de Buenos Aires entre 1880 y 1886.
Recién en esos años, después de la "Conquista del Desierto" y durante la presidencia de Roca, se inició la ocupación efectiva del centro de la provincia de Buenos Aires mediante el empleo de la tierra para el cultivo de cereales, se extendieron las líneas ferroviarias y Bahía Blanca y Tandil, que hasta ese momento habían sido fortines, es decir, puestos de avanzada en la frontera hacia la Patagonia, empezaron a transformarse en ciudades.
Sansoni dice yo no sé de qué fuente: de ese flujo, de ese ir y venir de gente que en muchos casos hacían dos o tres cosechas y se volvían a casa, es de donde provenían las noticias más fidedignas de "l'America", de lo que contaban los que volvían o los que escribían cartas a sus familias. Saber que en Bahía o en Tandil estaba tal o cual pariente o vecino, saber que se podía venir, trabajar un tiempo y volver, servía como motivación para que muchos viniesen y probasen suerte en la zona. Probablemente algún otro de esos Ferrari pariente de Aniceto Ferrari no haya vuelto a casa.
Treinta años después, sus hijos Camillo, Agostino e Cornelio, y su sobrino Luigi Sansoni, vinieron a este mismo lugar y se quedaron.
15 de agosto de 2011
Tenemos buenas razones para pensar que quien vino con Aniceto era su hermano Giuseppe Ferrari
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