1916: en Poia, frente a la puerta de su casa, posan los hermanos Battaia: con su madre, Elisa Alberti y con su abuela, María Grandi Virgilio, Amelia, Emma, Rosina y Abramo, el más chiquito. Se ve, claramente, el dintel de la puerta, tallado en piedra por el padre, Luigi Battaia, que era scalpellino, y que no aparece en esta foto porque está en la guerra.
A fines de 1926 Emma, de veinte años, llega a Buenos Aires, para casarse con Camillo Ferrari en Bahía Blanca. Su hermano mayor, Virgilio, de 24, la acompaña.
En 1931 llega Abramo, con 17 años, eludiendo probablemente alguna guerra colonial, y en 1948, Amelia, después de una decepción amorosa.
Allá quedan dos hermanos, Rosina y Erino.
Helos aquí, unos cuarenta años más tarde, en Bahía Blanca: Virglio, Emma, Amelia y Abramo Battaia
Siempre se mantuvieron unidos, se reunían siempre, y comían polenta con pajaritos. Virgilio y Amelia, los tíos solteros, se ocupaban de mimar a los sobrinos, los hijos de Emma y de Abramo.
Solamente Abramo volvió a ver la casa de sus padres, en 1968 y en 1975, el dintel tallado -que sigue estando ahí-, y el Ponte dei Servi, en Ponte Arche.
Emma falleció en 1965, Amelia en 1970, Virgilio en 1975, y Abramo en 1998.
5 comentarios:
Emotivo homenaje a los hermanos Battaia. Ojalá que su amor fraterno inunde a todas nuestras familias.
Qué hermoso mensaje. Gracias
Me encantó ver estas fotos y saber que a pesar de la distancia, el amor y el cariño por los nuestros todo lo puede.
¡Me alegra muchísimo, Paola, que nos encontremos acá! Un beso.
sii el amor fraterno... siempre estubo.
hermosa historia..se me llenan los ojos de lagrimas. las mujeres de nuestras familias,nuestros antepasados...
beso ana beso
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